MARÍA
Aranda, Jalisco, 38 años
Decidió irse a EE. UU. para ganar dinero, su padre tenía que
ser operado y costaba mucho y no tenían suficiente. Se fue con su hermana y su cuñado. Cruzaron con un tipo que les cobró, “yo no
cruce con pollero, ¿quién iba a querer pagar nada por mi?”. Eran como cuarenta
personas, cruzaron por Yuma, se quedaron en el desierto sin agua, los tipos que
los guiaban se fueron a conseguir agua, pero nunca regresaron. Ella con su hermana y su cuñado tomaron la
decisión de seguir caminando sin sus guías, la mayoría de la gente decidió quedarse
esperándolos, después de mucho caminar, decidieron pedir ayuda. Afortunadamente les tocaron buenas personas
que los apoyaron. Su hermana y cuñado se
regresaron porque no consiguieron trabajo.
Me comentó : “en México la gente piensa que el dinero en EE.UU. se
recoge a carretadas, nada más lejos de la realidad, se tiene que trabajar bien
duro y una se expone todo el tiempo”. No
encontró lo que buscaba. Ella extraña mucho
a su familia, aunque ya no regresaría, en ese país se casó y tiene dos hijos.