lunes, 22 de febrero de 2016

Bitácora Lunes 22 de Febrero 2016

Ayer en el vuelo Ciudad de México - San Diego, algo me sorprendió sobre manera. Una mujer de la Mixteca Alta, como de mi edad, aunque lucía mayor, no sabía leer y casi no hablaba español. Sin mayor problema, tomó el avión, preguntando y sonriendo. Nos tocó juntas hacer una larga fila en la aduana, algo que nunca me había pasado al entrar en San Diego. Le hablaron por teléfono, tenía un celular sencillo color rosa. Iba cargada de cosas para sus nietas –me dijo que venía a ver a sus nietas– yo también venía cargada de cosas para mis nietas. Las dos pasamos sin mayor problema la aduana. Recogió su equipaje como yo sin ninguna ayuda y las dos llegamos a nuestro destino. Otro detalle que llamó mi atención, me llamó “patrona” –¿usos y costumbres.?– Esta mujer no tenía miedo como la mayoría de los migrantes. 

 Lourdes Almeida

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